La adaptación y fotografías son del ingeniero Gustavo Barría M.
Las propiedades abandonadas son un verdadero dolor de cabeza para los municipios. ¿La razón? Son un foco latente de delincuencia, suciedad y empobrecimiento del sector en donde se ubican. Multas judiciales e incluso el aumento de un 100% en las contribuciones sirven para combatir la aparición de estos lugares.
Casa abandonada en sector de La Turbina, comuna de Purranque.
Dos de los motivos más comunes para dejar un sitio ´a su suerte´ es cuando una persona compra un terreno para construir su vivienda y se da cuenta de que no podrá solventar los gastos asociados a la construcción, por lo mismo la deja stand by hasta tener los fondos necesarios.
Aunque muchos piensen lo contrario, esta situación es muy usual. Sólo en la comuna de Purranque se estima que existen alrededor de 30 propiedades abandonadas entre casas y sitios eriazos. Aparte de empobrecer el entorno del barrio en donde se emplazan, son un foco latente de delincuencia, basura y plagas urbanas como ratones y murciélagos. Esto sin contar el peligro de incendio que representan.
Casa abandonada en sector de La Turbina, comuna de Purranque.
Las herramientas legales
Cuando el descuido se empieza a notar, hay amplias posibilidades de que el municipio acuse recibo. En casi un 50% de los casos, son los mismos vecinos quienes realizan las denuncias a la municipalidad respetiva para que se inicie el proceso correspondiente.
Ahí comienza a andar la máquina. La LGUC establece que una vez detectada la propiedad abandonada, el municipio está en la obligación de comunicarle al dueño —mediante una carta certificada o por medio de un diario de circulación nacional— que debe mantener la casa o sitio en buenas condiciones. Vale decir, con los cierres perimetrales correspondientes y con los jardines en buen estado.
Casa abandonada en sector de Pob. Otto Neumann, comuna de Purranque.
Si no hay respuesta en el plazo de un mes, se declara la propiedad como abandonada mediante un decreto alcaldicio, que permite a la municipalidad respectiva intervenir la misma para pintar la fachada, reponer vidrios y cierres, e incluso iluminar el frontis.
Todos los gastos en los que incurra el municipio para mejorar el look de la vivienda serán a cargo del dueño de la misma. De no pagar, la deuda sigue creciendo, ya que la municipalidad está facultada para continuar con los arreglos que estime necesarios.
Ahora bien, si el dueño no se hace responsable del pago, la deuda es derivada al juzgado de policía local para que sea la justicia quien se encargue de cobrar los dineros respectivos.
Pero los dolores de cabeza para el dueño no terminan ahí. La municipalidad también puede cursarle una infracción por hacer caso omiso a los avisos comunales. La cuenta pendiente suma y sigue, porque estas infracciones pueden llegar hasta las 3 UTM.
El municipio también está facultado para demoler una construcción abandonada que se encuentre en mal estado. “Hay propiedades que implican un riesgo para la población, quizás no hay problema cuando tiene un antejardín, porque si la casa sufre algún colapso no caerá en espacios públicos, pero en otros casos incluso tienes que derrumbarla”, indica personal del Minvu.
Casa abandonada en sector de Pob. Otto Neumann, comuna de Purranque.
Y aún hay más. Una vez declarada como propiedad abandonada, el municipio avisa al Servicio de Impuestos Internos (SII) de esta situación, para que aplique una de las medidas que, según los entendidos, más ´duele´ a aquellos dueños que han dejado botados sus terrenos: el cobro de hasta un 100% más de las contribuciones correspondientes a ese terreno o vivienda.
La moraleja es clara. Un bien raíz representa una obligación tanto para el entorno como para el patrimonio personal de su dueño, por lo mismo mantenerla en buenas condiciones debería ser una prioridad. Y si no surge de mutuo propio, hay varias herramientas para convencerlo.
Casa abandonada en sector de Pob. Otto Neumann, comuna de Purranque.
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